1) Nunca es tarde para empezar, retomar o replantear el entrenamiento físico. Rompamos tabúes.
2) Un cuerpo sano se traduce en una mente sana, es decir pensamientos positivos, creatividad, proactividad, productividad.
3) La disciplina física es una práctica con efecto multiplicador en generar otras prácticas positivas en la vida de cada persona.
4) Crea disciplina y desarrolla la fuerza de voluntad.
5) Sube la autoestima al romper ideas equívocas pre concebidas sobre la incapacidad física en estas edades y la falsa premisas de personas y medios de comunicación sobre los verdaderos logros de generación de habilidades
físicas varias y hasta a nivel de competencia en diferentes deportes de élite.
6) Con la actividad física se liberan más de 50 hormonas que recorren el cuerpo y llevan mensajes al cerebro que generan bienestar, buen humor y felicidad.
7) La alimentación natural, sana, ligera , una hidratación suficiente, y un sueño cuantitativo y cualitativo complementan el mejor desempeño de la actividad física además de los resultados en la ejecución, cambios beneficiosos en la salud integral y, además, beneficios estéticos.
8) La liberación de energía física con una rutina eficiente, ayuda a
contrarrestar situaciones propias de esta etapa en el orden emocional como pérdidas de parientes, independización de los hijos, cambios en cuanto a la dinámica laboral entre otros.
9) El deporte constante y consistente en estos años es fundamental para la prevención de la degeneración cerebral que devienen en casos de derrames y por tanto inmovilización del cuerpo, limitación del habla, desconexiones neuromusculares, Alzheimer y otros.
10) Los beneficios físicos y anímicos de la práctica de ejercicio, en sinergia con una mejor alimentación, hidratación y sueño, son los mejores aliados para alejarnos del consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias , que como bien sabemos mellan la regeneración celular y la salud integral de la persona., además de elevar su sistema autoinmune.
María Isabel Espá